Autor:
Asier García Real
Secretario
de la Asociación Vasca de Mediación, Bitarbask.
Mediador,
vecinal, escolar y organizacional.
El Rapport es un término usado para
definir la interacción social que existe entre dos o más personas que estando “sincronizadas”,
sienten familiaridad entre ellos o se sienten muy cómodos respecto a las otras
personas con las que están interactuando.
En la obra de Daniel Goleman, Inteligencia Social, se presenta el siguiente ejemplo:
“(…) El paciente acaba de comentarle a su
psicoterapeuta que ayer mismo concertó con su novia la fecha de su boda.
Llevaban varios meses explorando el miedo al compromiso, pero finalmente su
paciente pareció haber acopiado el coraje necesario para enfrentarse al
matrimonio. Por ello celebraron contentos y en silencio ese momento. El Rapport
fue tan completo que sus posturas y movimientos encajaban como si estuvieran
ejecutando deliberadamente una danza en la que, cuando uno avanza, el otro retrocede.
A comienzos del siglo XX, la presencia
de un alto grado de rapport entre individuos había sido entendida como
generadora de una muy poderosa influencia interpersonal y sensibilidad. Por ejemplo el rapport fue
descrito cómo esa cualidad de la relación interpersonal que ocurre previamente
o durante la emergencia de un pensamiento colectivo dentro de un grupo (Park
& Burgués, 1924).
En el artículo “La naturaleza del rapport y su correlación con la
comunicación no verbal”, de Linda Tickle-Degnen y Robert Rosenthal se plantea que la naturaleza del rapport comienza
con el reconocimiento de que el rapport existe sólo en la interacción entre
individuos, definiéndolo de la siguiente manera:
“No es un rasgo de la personalidad, a pesar de
que un individuo pueda ser particularmente experto en el desarrollo del rapport
en ciertas ocasiones. Los individuos experimentan el rapport como resultado de
una combinación de cualidades que emergen desde cada individuo durante la
interacción. Esta experiencia es expresada claramente cuando la gente dice que
“han conectado” con cierta persona, o que entre ellos existe “química”. La
interacción por si sola durante la experiencia del rapport se convierte en una entidad,
difícilmente divisible en características, que cada parte aporta a la
interacción”.
-Los componentes
del rapport-
Si analizamos una situación de rapport,
observaremos tres componentes diferentes, que hacen de la interacción esa
situación de influencia interpersonal y empatía,
que entendemos por Rapport.
1.
Atención recíproca: Durante la experiencia de un alto nivel de
rapport, los participantes en la interacción cohesionan, se unifican a través
de la expresión de atención mutua e implicación con el otro. Su atención se
centra en la otra persona. Ellos experimentan un intenso sentimiento de interés
mutuo en lo que la otra persona dice o está haciendo.
2.
Positividad: El segundo de los componentes esenciales del rapport es la
positividad presente en la interacción. Los interactuantes durante la
experiencia del rapport sienten mutuamente sentimientos de amistad y
preocupación por el otro. A pesar de que la positividad está estrechamente
relacionada con el nivel de atención e implicación hacia la otra persona, un
alto nivel del primero de los componentes no implica un alto nivel del otro
componente. La atención recíproca puede ser negativa, cómo por ejemplo cuando dos
adolescentes se enfrentan el uno al otro en un combate verbal. Los sentimientos
del rapport emergen con mayor facilidad cuando ambos, un alto nivel de atención
recíproca y de positividad están presentes.
3.
Sincronía entre los interactuantes: El tercero y último de los
componentes esenciales del rapport es la sincronía entre los interactuantes. En
la experiencia del rapport los interactuantes comunican una imagen de
equilibrio, regularidad y predictibilidad de coordinación entre sus gestos, sus
movimientos, y sus elementos paraverbales. Este alto nivel de sincronía interaccional,
ha sido descrito utilizando analogías cómo el ritmo y sincronicidad de los
miembros de una orquesta (Scheflen, 1963). También se ha descrito como si se tratase de
un cuerpo y su imagen en el espejo.
“El
rapport implica la existencia de
sensibilidad mutua, tal que todos los miembros del grupo reaccionan
inmediatamente, espontáneamente y comprensivamente a los sentimientos y
actitudes de cada uno de los demás miembros” Park y Burgess (1924).
Esta sincronía interaccional requiere
adaptar nuestra comunicación al repertorio no verbal de nuestro interlocutor con
el fin de lograr una interacción positiva; puesto que cuanto mayor es el grado
de sincronía inconsciente entre los movimientos, gestos, posturas y elementos
paraverbales, que se producen en la interacción, más positivamente se siente y
se recuerda el encuentro.
Rapport y
Mediación
Debemos de caer en la cuenta de la importancia
del rapport para nosotros como personas mediadoras para comunicarnos con las
partes de manera tendente al establecimiento del mismo. Debemos buscar nuestra
legitimidad para entrar en su conflicto, a través de mostrar una atención y
empatía real hacia el problema que nos cuentan. Así mismo tendente al
establecimiento del rapport debemos mostrar una actitud positiva hacia sus
relatos, por su puesto, sin expresiones que denoten un juicio o desaprobación. La sincronía interaccional nos implica el
adaptar nuestra postura, nuestros gestos, así como nuestro volumen y tono de voz
a uno que sintonice con el repertorio no verbal
de cada una de las partes. Todo ello de manera natural y sin dar la
sensación de estar imitando a nadie. Para esto, como para el resto de
habilidades de la persona mediadora, se requiere de práctica, siendo necesario emplear las interacciones cotidianas para su aprendizaje.
1. Mostrar una atención y empatía real hacia
el problema que nos cuentan.
2. Mostrar una actitud positiva hacia sus
relatos.
3. Adaptar nuestra postura, nuestros gestos,
así como nuestro volumen y tono de voz a uno que sintonice con el repertorio no
verbal de las partes.
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